¡Hola! Se que me desaparecí un poquito, pero bueno, ya regresé y me pongo al día con ustedes trayéndoles esta entrada. Continuamos con la mitología maya; una cultura mística, arriesgada y con un contexto bastante rico.
En esta segunda parte les contaré acerca de la creación del mundo y unas pocas historias sobre ellos y sus dioses. Ya saben que si necesitan mas referencias, pueden ir hasta el final del post, pues ahí dejo las fuentes donde investigué.
Cosmovisión maya
Después de que Nun - Yal - He muriera a manos de los señores de Xibalbá, los gemelos Hunahpu e Ixbalanqué trabajaron juntos para rescatar y revivir a su padre.
Luego, Nun - Yal - He decidió crear nuestro mundo levantando el Árbol Ceiba (Wakah - chan, que es Árbol del mundo) para separar el cielo de la tierra. Posteriormente, construyó su casa en el cielo y puso orden en el universo para que se movieran los astros.
Esa parte consistía en trece pisos habitados por los dioses, era una pirámide en cuyo punto más alto residía Itzamná.
Después, hizo el inframundo, debajo de la tierra. Este era un espacio dividido en 9 partes y hecho con forma de pirámide invertida, por lo que en su punto mas bajo se encontraba Ah puch, diosa de los muertos.. Además de ella, el inframundo era habitado por los muertos y los Bolontikú (de estos últimos hablaremos en el siguiente post).
En el medio, por supuesto, se encontraba la tierra, distribuida en cuatro partes que simbolizaban los puntos cardinales. En cada punto se encontraba un Bacab y un color asignado: Cauac (sur, rojo) Mulac (norte, blanco), Kan (este, amarillo), e Ix (oeste, negro).
En el centro de la tierra se encontraba el Árbol Ceiba y las tres piedras de la creación. Estas últimas habían sido colocadas ahí por los Dioses auxiliares y representaban el sacrificio, muerte y resurrección del Primer Padre.
Además, el Árbol Ceiba era una conexión con los tres niveles cósmicos y un punto muy importante para los rituales mayas. Se dice que en la cima se posaba un Quetzal verde azulado, símbolo del dios supremo Hunab ku.
Creación del ser humano
La historia comienza con un cielo y mar en calma, y dos* dioses hablando (Tepeu y Gucumatz**). De pronto, ambos unen sus pensamientos y palabras para crear al hombre y a todo ser viviente.
Sin embargo, al ser hecho de barro, la creación del hombre se deshace y deben volver a intentarlo dos veces más hasta lograr crear cuatro hombres de gran entendimiento junto a sus esposas a partir del maíz.
Se les otorga el fuego y al cabo de un tiempo, nace el planeta Venus, el sol, la luna y las estrellas.
*El relato varía según las regiones donde habitaron los mayas. Por eso en el apartado anterior se mencionan trece dioses como participes de la creación del hombre en vez de dos, puesto que es lo que dice la versión de los mayas quiches del sur. El relato en esencia es el mismo: dioses luchando por lograr una creación perfecta tras varios intentos.
**Mejor conocido como Kukulcán.
Otros relatos
Dziu y el maiz
El dios de la agricultura, Yum Chaac, tomó la decisión de quemar toda la tierra para recuperar su fertilidad, de manera que el dios del fuego comenzó a quemarlo todo.
Por otro lado, había unos pájaros designados para recoger las semillas para la siembra de maíz del próximo año, entre ellos Dziu. Para ese momento el fuego había comenzado a crecer y las llamas eran peligrosas.
No obstante, Dziu continuó fielmente su trabajo, recolectando semilla tras semilla hasta lograr salvarlas. Lamentablemente, las llamas le alcanzaron, y cuando las demás aves se acercaron para socorrerle, Dziu ya había muerto; sus plumas estaban quemadas y sus ojos enrojecidos.
Entonces, viendo lo que había hecho, Yum Chaac ordenó que en adelante Dziu sería el encargado de cuidar y vigilar las milpas, permaneciendo con la misma apariencia con la que murió: su bello emplumaje quemado y los ojos rojos.
El enano de Uxmal
Había una bruja en la selva que se sentía muy sola, por lo que pidió permiso a los dioses para crear un hijo a partir de un huevo de tortuga. El dios Chic chan lo otorgó el permiso y ella realizó una pócima para luego verterla en el huevo. Al cabo de nueve meses, salió un niño con rasgos de tortuga el cual fue nombrado Saiya.
Cuando Saiya creció, hubo un rey que supo de su existencia y lo retó a un duelo. Saiya aceptó, y procedió a realizar las tres peticiones que el rey le hizo.
La última consistía en colocarse una nuez en la cabeza y esperar a que el rey arrojara una lanza sobre él. Milagrosamente, Saiya salió ileso y pidió al rey invertir lugares. En mi opinión, el rey no debía ser muy listo, pues aceptó y murió.
Al final, Saiya se quedó con el trono y construyó una casa para su madre, además de un templo conocido como La casa del gobernador.
La leyenda de la paloma torcaz
En esta trágica historia, un fuerte guerrero se paseaba por un lago y logró mirar a una bella mujer que remaba en una canoa. Estaba muy impresionado y se enamoró a primera vista de ella.
Tanta era su atracción, que visitó el lago varias veces, sin saber cómo acercarse a ella y averiguar su nombre. Desesperado, acudió con una bruja y esta le dio la solución: convertirse en palomo.
El guerrero accedió, y la bruja introdujo una espina en su cuello. Convertido en palomo, voló hasta el lago para encontrarse con su amada.
Cuando ella lo vio, sintió compasión por el ave, y tomándola, retiró la espina de su cuello. El palomo murió desangrado. Entonces ella decidió clavarse la espina como castigo, en consecuencia, se convirtió en paloma. Y vivió el resto de sus días inmersa en el dolor.
El mito de la flor de loto
Había una vez, en la selva de Mayab, un príncipe llamado Chacdziedzib, el cual estaba perdidamente enamorado de la hija del guardián del Cenote sagrado, Nicté-Há.
Pero como el Cenote Sagrado se opuso a la boda, los dioses no tuvieron de otra mas que sentenciar la muerte de la doncella. No obstante, un bufón había escuchado la conversación y fue a advertirle al príncipe del destino de su amada.
Entonces, Chacdziedzib llamó a su mejor guerrero y lo envió a rescatar a la princesa para que pudieran casarse. Pero el guerrero murió en medio del intento. De manera que el príncipe tomo la misión y se encaminó teniendo a la luna como su aliada.
Cuando Chacdziedzib encontró a Nicté-Há, la abrazó con fuerza, lleno de felicidad. Pero en ese momento justo, una flecha había sido disparada y atravesado el corazón de la princesa, provocando que se hundiera en el agua.
El dolor del príncipe fue tan grande que su corazón se hizo pedazos, y los dioses decidieron mostrarles piedad. Así que el dios de las aguas y el dios de los pájaros colaboraron y convirtieron al príncipe en un pájaro cardenal y a la princesa en una bella flor de loto.
Desde entonces, el príncipe convertido en pájaro canta al amanecer, expresando su dulce amor por la princesa convertida en flor.
Fuentes:
https://infomitologia.com/dioses-mayas/
https://infomitologia.com/mitologia-maya/
https://mitologia.info/el-mito-de-la-flor-de-loto/
https://wikisivar.com/mitologia-maya/
https://redhistoria.com/la-cosmogenesis-y-el-mito-de-la-creacion-maya/
https://redhistoria.com/la-cosmovision-de-los-mayas/